POR SU MISERICORDIA Dios te Bendiga »

lunes, 30 de marzo de 2009


sábado, 14 de marzo de 2009

martes, 3 de marzo de 2009

POR UN DOLAR



Hace años un predicador se mudó para Houston, Texas. Poco después, se montó en un autobús para ir al centro de la ciudad.

Al sentarse, descubrió que el chofer le había dado un dólar de más en el cambio.
Mientras consideraba que hacer, pensó para sí mismo, "Ah, olvídalo, es solo un dólar ¿Quien se va a preocupar por tan poca cantidad?, de todas formas la compañía de autobús recibe mucho de las tarifas y no la echarán de menos. Acéptalo como un regalo de Dios."

Pero cuando llegó a su parada, se detuvo y, pensando de nuevo, decidió darle el dólar al conductor diciéndole, "Tome, usted me dio este dólar de más."


El conductor, con una sonrisa le respondió, "Sé que eres el nuevo predicador del pueblo. He pensando regresar a la iglesia y quería ver que usted haría si yo le daba demasiado cambio".

Se bajó el predicador sacudido por dentro y dijo: "Oh Dios, por poco vendo a Tu Hijo por un dólar."

Nuestras vidas serán la única Biblia que algunos leerán, asi que no olvides ser ejemplo en todo los que haces.

lunes, 2 de marzo de 2009

La cuerda



LA CUERDA


Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar una altísima montaña, inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria solo para él, por lo tanto subió sin compañeros.



Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y oscureció.



La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.



Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima, se resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad vertiginosa. El alpinista solo podía ver veloces manchas oscuras y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida.



Pensaba en la cercanía de la muerte, sin embargo, de repente, sintió el fuertísimo tirón de la larga soga que lo amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña.



En ese momento de quietud, suspendido en el aire, no le quedó más que gritar:

AYÚDAME DIOS MIO¡¡¡



De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:



-¿QUE QUIERES QUE HAGA?

-

- Sálvame Dios mío



-¿REALMENTE CREES QUE YO TE PUEDA SALVAR?





- Por supuesto Señor



-ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE...



Hubo un momento de silencio; el hombre se aferró más aún a la cuerda.

Cuenta el equipo de rescate, que al otro día encontraron a un alpinista colgando muerto, congelado, agarradas sus manos fuertemente a la cuerda...



A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...



¿Y tú? ¿Qué tan aferrado estas a tu cuerda? ¿Te soltarías?



No dudes nunca de Dios. Nunca debes decir que El te ha olvidado o abandonado. No pienses jamás que El no se ocupa de ti. Recuerda siempre que El te sostiene de su mano derecha

– Isaias. 41:13 –



Amor