POR SU MISERICORDIA Dios te Bendiga »

domingo, 2 de noviembre de 2008



Si tienes un problema muy agobiante,

una necesidad muy grande en tu vida;

tal vez el problema es que monopolizas toda la plática con Dios y

no le estás escuchando a Él para nada.

¡Deja de hablar tanto y toma tiempo para escuchar!

Escucha la Palabra de Dios.

Quédate en silencio y deja que Él te hable.

Cuando estés en silencio esperando en Él,

escucharás un susurro, una suave voz.

Alguien llamó a eso “un impulso divino”,

pues es una impresión en tu corazón indicándote que

tienes que hacer algo en particular.

Algunos creen que orar significa seguir pidiendo y pidiendo,

seguir hablando y rezando y rogándole al Señor con una gran palabrería y

una gran insistencia para convencerlo de que nos conceda lo que queremos.

Este tipo de oración no demuestra mucha fe,

ni confianza en que Él va a responder.

Todo lo contrario , demuestra tu falta de fe e incredulidad,

pues dudas que Él ya te oyó y que la respuesta está en camino.

Cuando ores, no necesitas seguir pidiéndole lo mismo e insistir

con tantas palabras tratando de expresar lo que quieres.

Lo que en verdad necesitas es seguir ‘creyendo’,

y ‘esperando con fe’.

¡Espera que Dios te responda!

La respuesta está en camino,

¡Dios responderá!

¿Sabías que el sentido más sublime de la oración no es insistir o demandar a Dios?

Es entrar en comunión con Él,

remontando todo nuestro ser hacia los cielos y

esperando con fe la respuesta divina.

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